lunes, 30 de julio de 2007

la malaleche de otro siempre es mejor

y si tiene casi 90 años...


Resulta que a una persona cuya identidad no puedo revelar, pues peligraría mi estabilidad matrimonial, le ocurrió algo muy gracioso gracias a mis entrópicas manos.

Me encontraba el domingo pasado almorzando en casa de esta persona, a quien llamaremos Doña Soneto. El apodo aplica ya que hay gente que dice que paraciera que habla siempre en Soneto. Su vocabulario y construcción recuerda el español de antaño.

La comida transcurrió con regular normalidad. Sólo hay que destacar un detalle para el hilo de la historia: fui al baño: Levanté la tapa con el hueco. Me bajé el cierre. Saqué al niño querido. Apunté. Llovió dorado. Agité al niño querido. Vuelve todo a su lugar. Limpio las gotitas que salpicaron fuera del perímetro descente de acción con papel toilet. Bajé la tapa con el hueco. Bajé la segunda tapa. Bajé la cadena de la poceta de porcelana negra. En fin, procedimiento de rutina.

Terminó la visita. Ya de vuelta en casa, suena el teléfono. La hija de Sra Soneto llama para reclamar que quién ha bajado la segunda tapa de la poceta. La pobre Sra Soneto, corta ya de vista se ha sentado en su acostumbrado baño de porcelana negra. Pantaletas abajo, mira antes de sentarse al retrete cuyo color no hace fácil distinguir la profundidad de campo visual y ha orinado sobre la poceta de porcela negra bien tapada. Su lluvia dorada empapó toda su ropa y las adyacencias del recinto de higiene. 

Escucho de reojo semejante armada de peo andino. Me cago caribeñamente de la risa, mientras mirando mis manos que esparcen el caos a mis seres queridos, me siento un poco mal por la pobre señora que de tan buena que es, ya parece santa. Me imagino las peripecias que su hija ha tenido que hacer: la cambiada de ropa, limpieza y otras intimidades que desconozco por simple lógica pudorosa, y la puesta a punto de la señora recién auto-orinada por culpa del virus de malaleche que emano por la llema de los dedos, incluso cuando hasta quiero ser el más educadito de la clase...

5 comentarios:

Legolas dijo...

Estimado iHernán:

Por favor, para la próxima, adjunta un disclaimer al inicio de un post como éste... algo tipo:

"no leer mientras están al teléfono con cliente/proveedor/alguien-que-cree-que-le-estás-parando-mientras-te-habla"

Gracias.

Saludos.

Alejandro dijo...

Pues mi procedimiento de rutina seria algo como:

1- sacar al muchacho (le gusta supervisar como se prepara el terreno para su tan importante tarea)
2- levantar la tapa sin hueco. si esta ya se encuentra arriba, obviar este paso.
3- dejar que el muchacho apunte (no me gusta inmiscuirme en su tarea, es todo un irrespeto)
4- dejar que el muchacho llueva dorado
5- sacudir al muchacho firmemente. dos veces. mas de tres es paja.
6- devolverlo a su lugar.
(mi muchacho no salpica. si lo hace, tendra sus razones y yo no soy quien para cuestionar sus resultados. asumo que los demas usuarios de la poceta tambien pensaran igual y admiraran los artisticos patrones que se generan en las distintas superficies que rodean al toilet)
7- lavarme las manos como toda persona educada.
8- salir sonriente del banio, orgulloso de una labor bien hecha.

Notese que no baje la palanca, mis principios ecologicos me llevan a ser muy ahorrativo con el agua, un par de litros de orine no ameritan una bajada de tanque, asi que dejo que el proximo que cague se encargue de bajar.

Ache dijo...

A legolas.... hehe lo tomaré en cuenta para la prox.

A Vaca: yo me lavo las manos antes de tocar al muchacho. ya que él se conserva lavadito desde que me baño. en cambio las manos tocan hasta los tubos del bus. este hábito se conecta con la sistitis de cucha, pues si los hombres nos lavaramos antes de mear las manos, habrian muchas, pero muchas, mujeres sin sistitis.

Legolas dijo...

Hernán:

1) los tubos del bus se conectan con la cistitis de cucha? Esto suena muuy kinky... :-D

2) Tú te meas las manos? pensé que aún te faltaban como 5 años para eso...

Favor aclarar.

Ah, y por cierto: "Mañana, es mejor".

Ache dijo...

a ver a ver, expliquemos la mecánica de las infecciones. supongamos, mi querido legolas, que vienes de visitar a tu amigo gollum. pasaste por asquerosos parajes, le diste la mano sucia y te dan ganas de mear. sacas tu flechita con tu sucia mano. entoces dejas tu flechita llena de microbios. guardas la flechita y luego es que te lavas las manos. cuando llegues a casa tu flechita tiene rato entre humedad y fricción, tu novia elfa te la saca, le da un par de besitos y luego, con los microbios de gollum se la metes en su diana... qué ocurre? bum! la cistitis de cucha de una...